“El Poder sobre la Humanidad se nutre de la Ignorancia”
-El falso, ilusorio y ficticio poder de la Élite-
Se habla de los amos del mundo; de los dueños del dinero y de aquellos que detentan el poder omnímodo sobre nuestra Sociedad. En los siguientes párrafos demostraremos que ese, supuesto, poder no existe y que si alguien nos domina es porque nosotros se lo permitimos, ya sea por ignorancia, por desidia y pereza o por puro placer masoquista.
Existen varios periodos, durante la Historia de la Humanidad, en la que los ciudadanos dominados explotaron e intentaron destruir a sus opresores; pero en todos los casos, los rebeldes, contra el Sistema, erraron el tiro y todo acababa en un baño de sangre, matándose los unos a los otros, mientras que los culpables se escabullían, se iban de rositas y, pasado un tiempo prudencial, retomaban su papel de Élite. Una Élite que ha ido cambiando de cara; es decir, pasándose el relevo unos a otros, pero cuyo papel, siempre ha sido representar los intereses del Invisible Príncipe de éste Mundo, el de los muchos nombres y que aquí nos negamos a invocar.
En el Siglo XVIII, en Francia, se desarrolló la Revolución Francesa, donde decapitaron literalmente a una gran parte de la Nobleza y de una Monarquía que vivía de espaldas al mísero Pueblo que la mantenía en la opulencia. Aún así, la Monarquía, siendo algo injusto y trasnochado, no era el verdadero Problema y, pasado cierto tiempo, esa opresión de la plebe de parte de la Sociedad Feudal pasaría a ser suplantada por el de la Burguesía. Se cambiaron los collares; pero el perro seguía siendo el mismo; en tanto que esos perros ladraban al son que les permitían sus amos, los supuestos dueños del dinero y el vulgo, la ciudadanía, seguía siendo esa fuerza de trabajo que permitía cargar sus arcones de Oro a cambio de unos pocos mendrugos de pan.
Somos conscientes de que todo esto suena a demagogia; pero, os pedimos que tengáis un poco de paciencia porque os vamos a descubrir lo que, en verdad sucede, hasta dejarlo meridianamente transparente.
En el Siglo XX, el Nacionalsocialismo alemán y su Canciller, el Führer, como la Revolución Francesa volvieron a errar el tiro, convirtiéndo en diana de su odio e ira a toda una Etnia, los pueblos Semitas. Tanto los revolucionarios franceses como el Nacionalsocialismo alemán que quería levantar a su pueblo de la optesión, después de haber pasado por la Terrible “Gran Guerra”, la Primera Guerra Mundial, engañados vieron el Problema allí donde no se encontraba; en tanto que, nunca, el problema fueron ni los nobles, en Francia, ni el Pueblo Judío en Alemania; pero ambos, ladinanente, fueron convertidos en el objetivo de la ira de sus respectivos pueblos.
En ambos casos, la ciudadanía fue manipulada para desviar la atención de la verdadera fuente del Problema: El Mundo Financiero y las camaleónicas familias que lo gobiernan, desde la distancia, a modo de titiriteros.
No se puede decir que la Sede de la Élite Financiera se encuentre en Holanda, Londres, Nueva York o cualquier otro lugar; pero lo cierto es que, teniendo información privilegiada, allá donde comienzan los disturbios, ellos ya no se encuentran, han volado. Siempre se escabullen de los enfrentamientos violentos y son siempre otros, muñecos de paja o testaferros, quienes sufren la ira del populacho.
En la actualidad tenemos la fortuna o desgracia de vivir uno de estos periodos de la Historia, similar al que sucediera durante los inicios de la Segunda Guerra Mundial y donde, equivocadamente, el Pueblo Alemán, mediante su gobierno “Nacional Socialista” dirigió su ira contra el Pueblo Judío y otras etnias semitas como gitanos y demás; todo ello como excusa para expulsar a la Élite Financiera, de carácter depredador, de su País.
Ciertamente, ese matar moscas a cañonazos, durante un corto tiempo, al Partido en el Gobierno de Alemania le sirvió y, en muy poco tiempo, el Pueblo alemàn volvió a conocer la prosperidad; pero la Élite, como de costumbre, no había sido decapitada pues es una Hidra de muchas cabezas y lo que había en Alemania, probablemente fuera más un brazo que una cabeza. El Monstruo permanecía intacto; pero no podía dejar, la Élite, que el caso alemán, haciéndose visible para todo el Mundo, sirviera de ejemplo para que la gente despertara y desviarán, por fín, la mirada hacia donde se encontraba la fuente del Problema: Ellos, ya viviesen en Suiza, Holanda, Londres o Nueva York.
No hay mayor cortina de humo que la Guerra y eso es, exactamente, lo mismo que está sucediendo hoy en día, lo que propició entonces, la Élite, financiando una guerra total contra el Régimen Nacionalsocialista de Alemania, porque algo que se oculta, algo que no se cuenta, algo que se evita decir, siendo sin embargo Historia Escrita, es que fue Gran Bretaña quien declarase la Guerra a Alemania y no al contrario. Pareciera que hoy se repite la misma historia.
Y con ésto, no se nos malinterprete, porque desde aquí no abogamos, ni mucho menos, contra regímenes totalitarios ni mucho menos con los crueles crímenes de guerra cometidos; pero debemos de ser conscientes de que cuando una Guerra tiene lugar, se sabe cómo comienza; pero nunca, como se desarrollará ni, mucho menos, como acabará. La Guerra crea monstruos allí donde en principio no los había. Por eso hay que contar bien la Historia sin parcialidades.
En nuestro tiempo, ahora, la ciudadanía en general sigue tan ciega como entonces, siendo incapaz de ver entre bambalinas los acontecimientos que los medios propagandísticos le cuentan. Así nos encontramos inmersos en una Guerra que solo beneficia a la Élite Financiera. Una Élite a la que nos negamos a poner un nombre porque ya, todo el Mundo sabe quienes son: Los dueños privados de la City londinense, los dueños privados de la Reserva Federal Estadounidense y de los accionistas mayoritarios de los grandes fondos de inversión y a los que tampoco, por ser evidente, tampoco pondremos nombres.
Miren, mis amigos, a los testaferros de Satanás no les importan las vidas humanas que pudieran perderse durante el transcurso de una cruenta guerra, ni el tiempo que pueda durar ésta, mientras sus ladinos intereses sean defendidos, porque hoy igual que en todos los casos anteriores lo que se defiende es un determinado Orden Mundial, ¿Cual?, el que sea la Élite Financiera “Los Títeres del Mal” la que siga detentando ése poder imaginario sobre todas las almas humanas, mediante una Ficción llamada dinero. Ellos, la Élite, no quieren que se les observe de cerca porque se descubriría que no son nadie, ni tienen nada y, por supuesto, su supuesto poder está sustentado en un barrizal o un banco de arena que no les ofrece firmeza alguna.
No tienen nada porque el dinero que dicen tener es una mera ficción; en tanto que, de haberlo tenido en algún momento de la Historia, ya todo fue prestado y, en realidad, viven de la recaudación de los intereses de la Deuda. Una deuda incontable y que, a cada día que pasa, da un paso más para llegar a ser infinita.
Todos los países del Mundo, sin excepción, se encuentran hasta el cuello endeudados, con una deuda que jamás podría devolverse si se siguen solicitando préstamos como si no hubiera un mañana; pero entonces, ¿De donde sale el dinero que presta la Élite Financieras a los Estados?, de las máquinas de imprimir dólares; de las impresoras que emiten letras del Tesoro y Bonos del Estado. Son papeles firmados, cuyo valor se sustenta en una mera ficción de supuesta confianza. No existe ni plata ni oro o platino que pudieran sustentar tal cantidad de dinero de papel en circulación.
Supongan que en un instante determinado, todo el mundo que tiene dólares, Bonos o Letras fuese a cambiarlos por oro, diamantes o cualesquiera otros objetos de valor. No habría suficientes bienes y el Sistema Financiero se vendría abajo.
En resumidas cuentas, todo el Sistema Financiero no es otra cosa que una Estafa Piramidal como lo fueran Afinsa o el Forum Filatélico con sus inexistentes sellos. La gente basa su Fortuna en la confianza de que sus dólares representan el Oro de la Reserva Federal o que su Bonos y Letras del Tesoro representan unos determinados bienes tangibles; pero, lamentablemente, todo es una ficción.
Evidentemente, la Élite Financiera, como arquitectos de éste Fraude Mundial, conocen que su, supuesto Poder, está basado en el engaño y en la mentira. Ellos hace generaciones que no poseen nada; en tanto que lo que pudieran tener ya fue prestado y solo tienen, como dijimos, los intereses de una Deuda que está volando hacia el infinito. Una Deuda que si todos los países se negarsn a seguir pagando, su invento sustentado en nada se vendría abajo.
Hace ya algunos años que el Presidente de Rusia se dió cuenta de cuál era el verdadero Problema y al igual que hiciera el Canciller alemán Nacional Socialista, antes de la Segunda Guerra Mundial en Alemania, expulsó a la Élite Financiera de Rusia y expuso al Mundo sus miserias. No se podía consentir, no podían consentir que el Mundo abriese los ojos, descubriendo su debilidad; es decir, que su supuesto poder está basado en la entelequia de una Deuda que podría quedar impagada, y que otros, en cascada, además de Rusia pudieran tomar ejemplo y arruinarlos como Élite, como Familias y como personas.
Ese es el auténtico y verdadero motivo de la existencia de la Guerra de Ucrania y Rusia. Todos los gobiernos occidentales han sido colocados en sus puestos de mando gracias a ése dinero ficticio de la Élite y es por ello que son la voz de su Amo. Es por ello que, por incomprensible que sea, todos dicen al unísono “Guerra, guerra, guerra” hasta que el malvado Presidente Ruso sea depuesto y Rusia dividida. La Historia intenta repetirse como ya lo hiciera con la Alemania destruida del 1945.
Sirvan estás palabras nuestras como agua limpia y refrescante que se echen a los ojos para ver, con claridad, los acontecimientos que están viviendo. Todo lo que escuchen, independientemente de los medios, que no case con éste relato, es engaño y mentira para que, como siempre, sigan mirando hacia el lado equivocado de la Historia.
Abran los ojos, despierten ya.
Frater Aralba R+C
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