01 noviembre, 2024

Por sus obras los conoceréis

 “Por sus Obras los conoceréis”


-Cuando el Linaje es enteramente Espiritual-

“Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. Por sus obras los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos? Así, todo buen árbol da buenos frutos, pero el árbol malo da frutos malos. No puede el buen árbol dar malos frutos, ni el árbol malo dar frutos buenos. Todo árbol que no da buen fruto, es cortado y echado en el fuego. Así que, por sus obras los conoceréis.”

(Mateo 7:15-20)


“¡Ay de ustedes, maestros de la Ley y fariseos, hipócritas!, que son como sepulcros blanqueados. Por fuera lucen hermosos, pero por dentro están llenos de huesos de muertos y de impurezas. Así también ustedes, por fuera dan la impresión de ser justos, pero por dentro están llenos de hipocresía y de maldad.

¡Ay de ustedes, maestros de la Ley y fariseos, hipócritas! Construyen sepulcros para los profetas y adornan los monumentos de los justos. Y dicen: “Si hubiéramos vivido nosotros en los días de nuestros antepasados, no habríamos sido cómplices de ellos para derramar la sangre de los profetas”. Pero así quedan implicados ustedes al declararse descendientes de los que asesinaron a los profetas. ¡Completen de una vez por todas lo que sus antepasados comenzaron!”

(Mateo 23:27-32)


En la mayoría de los ámbitos iniciáticos se da una excesiva importancia a los documentos dinásticos “Linaje”; es decir, cartas patente para poder funcionar de manera oficial, certificados e incluso diplomas honoríficos de aceptación por otros grupos amigos; pero, la pregunta del millón es “¿Es suficiente con la posesión de un Linaje documental para poder ejercer el Sacerdocio efectivo?” Tajantemente no. La santidad se demuestra mediante las obras buenas, que no son otra cosa que el resultado derivado de una profunda Fe, porque como dice el Evangelio “La Fe sin obras, es Fe muerta”.


Para nosotros, personalmente, no nos sirve de nada que un nombre esté o no incluido en el santoral católico, se trata de un ejemplo; es decir, que la Iglesia u otra Institución certifique, documentalmente, que una Persona haya sido Santo o esté capacitada para impartir un verdadero y efectivo sacerdocio. No nos sirve de nada esa arenga Jesuita tan conocida de “Haz lo que yo te diga que hagas, no lo que yo haga”; esto es, separando el ejemplo de vida mediante las acciones del Dogma eclesiástico, la más grande hipocresía. Se evangeliza mediante el ejemplo, más que mediante la Palabra vacía.


Pues va a ser que no. A nosotros no nos sirven los documentos humanos que digan que tal Persona es santa, capacitada para el sacerdocio o para impartir sacramentos, si en su Vida diaria no demuestra su santidad o capacitación espiritual.

Estaría bueno que a estas alturas de la Vida, con todo el trabajo realizado, un trabajo que se puede estudiar e investigar, alguien nos viniese solicitando determinados documentos que acreditaran nuestro nivel espiritual mediante diplomas de Grado a modo de los cinturones de colores en las artes marciales. No sirve de nada poseer un cinturón negro con décimo dan, si luego en el combate real eres un auténtico desastre.


En lo espiritual sucede exactamente lo mismo: No sirve de nada poseer los máximos grados posibles de la mayor cantidad de organizaciones iniciáticas y fraternales, si lo máximo que podemos hacer es repetir, como papagayos, el trabajo de los maestros que nos precedieron y, como poco, anotar sus dichos y opiniones.


No sirve de nada que tengamos todos los diplomas posibles en electrónica si no somos capaces de reparar una simple radio a transistores. No sirve de nada poseer una licenciatura en telecomunicaciones si no somos capaces de diseñar, partiendo de cero; es decir, sin fusilar otra patente, una radio que funcione. 

Por lo tanto, para nuestros amigos lectores y estudiantes del “Colegio Invisible de la Rosacruz” de nada les serviría que éste, su servidor, Aralba, tuviese en su poder todos los linajes documentales posibles, si no fuésemos capaces de transmitir nuevo Conocimiento Espiritual, procedente de nuestro Interior, del Cristo o Yo Superior.


Como no creemos en las casualidades y sí en las sincronicidades, toma todo el sentido del Mundo que en nuestra última mudanza se perdieran todos nuestros documentos acreditativos de haber pertenecido a determinadas organizaciones rosicrucianas y masónicas. Sólo quienes nos conocen personalmente saben lo que somos y lo que dejamos de ser; pero también, por Ley natural, ellos cada vez son menos; es decir su Testimonio va desapareciendo con su propia existencia; entonces ¿Qué nos queda? “EL TRABAJO REALIZADO”


El Trabajo, las obras, el Fruto, es el único Testimonio válido que sirve para demostrar lo que somos y dejamos de ser, no lo que unos puedan decir o pensar de nosotros. Que se nos lea o deje de leer es su problema, no el nuestro. No se puede juzgar a alguien por no poder demostrar, documentalmente, su herencia material o Linaje. Por lo tanto, si se quiere conocer a algo o a alguien habrá que arremangarse las mangas y estudiar el resultado de su Trabajo, no existe otro modo más que ocupar algo de tiempo en investigar.


A nadie le gusta ser juzgado; pero, desde aquí, invitamos a nuestros detractores y a quienes desconfíen de nuestra imperfecta Persona, que analicen nuestro Trabajo, que estudien nuestras reflexiones de forma imparcial, para al final obtener un resultado útil y visible de nuestro Trabajo porque “Por sus obras los conoceréis”


Frater Aralba R+C; Hermano Lego de la Fraternidad de los Rosacruces, mediante el “Colegio Invisible de la Rosacruz; Linaje: (Por sus obras los conoceréis)



 








No hay comentarios:

Publicar un comentario