“Predestinación y Libre albedrío”
-¿Son compatibles?-
Con la Predestinación sucede como con el Tema de la Reencarnación; sí pero no. Nos explicamos. La Predestinación es real en parte; es decir, hasta donde llega la epigénesis del Sagrado, repetimos, sagrado Libre Albedrío. Ahora lo explicamos. Cuando venimos a éste Mundo lo hacemos con un bosquejo o boceto escrito de lo que el Espíritu, recuerden, el Fragmento del Demiurgo, planeó en la Cocina del Destino, en los planos invisibles, antes de su encarnación.
Si se percatan, ésta sinopsis, guión parcial, no es la vida completa guionizada con toda sus vivencias y diálogos, sino que se trata de unos pocos puntos básicos que el Individuo debe de enfrentar durante su existencia; pero el Individuo posee libertad de enfrentar los retos que se le presenten, tal y como él determine.
Es como lo que sucede con un actor, sobre el escenario, que estuviese improvisando. En ese sentido, la predestinación absoluta, desde un punto de vista calvinista, no tiene sentido alguno.
Lo único a lo que se encuentra predestinado el Individuo es a enfrentar unas determinadas experiencias que le vienen impuestas; pero el cómo las enfrente depende, absolutamente, de su libre decisión; es decir, de su “Libre Albedrío”.
Como podemos observar no existe una predestinación absoluta como no existe el Libre Albedrio en su totalidad; en tanto en cuanto que, los seres humanos nos encontramos sujetos a unas leyes naturales que muy difícilmente podemos transgredir. Y decimos difícil que no imposible porque ya se ve que los seres humanos, sin ser peces, hemos logrado cruzar los océanos por su superficie con barcos y por debajo del agua mediante submarinos, así como somos capaces de surcar los aires con aeroplanos o salir al vacío del Espacio con naves espaciales.
Con ésto, queremos indicar que algún día, lejano, podríamos ir más rápidos que la luz, viajar entre dimensiones o cruzar las barreras del tiempo; pero lo que está claro es que todas las barreras que nos impone la Naturaleza como la fuerza de gravedad, la imposibilidad de poder respirar bajo el agua o no poseer alas naturales son un hándicap que llevamos a cuestas; pero eso no quiere decir que con mucho estudio de las leyes naturales, tiempo, y más esfuerzo, no podamos, gracias a nuestro Libre Albedrío, superar todas las barreras que nos mantienen prisioneros en la cárcel sin barrotes visibles que el Mundo es.
Es evidente que todos estamos predestinados a morir algún día. También estamos predestinados a soportar el peso de nuestro Cuerpo y a tener que suplir su hambre y sed.
Todas las leyes naturales, sus arcontes, nos tienen maniatados en mayor o menor medida; es decir, nos predestinan a comportarnos de unas determinadas maneras y no de otra; pero, por contra, nuestro Libre Albedrío posee múltiples herramientas cognitivas, como la Imaginación, y que nos impele a destrozar dichas barreras y a superarlas. Eso es algo que nos diferencia del común de los animales, los cuales no pueden o aún no han aprendido a luchar contra los elementos para vencerlos y abrir nuevos caminos experienciales.
Imaginemos el simple esquema de una novelita de a duro en los años cincuenta y sesenta. Tenemos al protagonista, alto, rubio y de ojos azules. También a la chica que deberá ser conquistada, rubia o morena; pero de una belleza descomunal. También tendremos al buen indio, amigo del protagonista y al adversario, ese cuatrero al que le gusta la chica y cuyas maldades no tienen fin. Al cuatrero, desde luego, le acompañan toda una suerte de compinches que deberán ir siendo eliminados durante el transcurso de la Historia.
Pues bien, estos personajes están predestinados a lo siguiente: Nuestro joven protagonista a salir airoso y terminar junto a la chica, el buen indio a regresar con los suyos en la Reserva India o a morir en el transcurso de la Trama y el Cuatrero a terminar entre rejas o muerto por el protagonista como el resto de sus compañeros forajidos.
Bien, si la novela se contará así de rápido no tendría gracia y no podría cubrir el Ocio de nadie; por lo tanto, la Obra contiene una elaborada trama, componente básico del guión, y donde nuestros personajes tendrán que enfrentarse a determinadas circunstancias; pero, esto es muy importante, sin salirse del Guión original y, esto, ¿Qué quiere decir?; pues, que nuestro Protagonista no puede perecer en el transcurso de la novela aunque sí puede ser apaleado y mal herido en múltiples ocasiones, que la chica, aunque sea secuestrada y violada por los malos, al final terminará siendo salvada y en brazos del protagonista. Por otro lado, los personajes secundarios como el buen indio o los
foragidos, podrán terminar de diferente modo, vivos o muertos; pero el malo de la Historia deberá terminar muy mal. Si muerto, en caso de que el escritor no quiera darle una continuación o entre rejas si tiene pensado, por su carisma, sacarlo en próximas novelitas de a duro.
Bueno, y ¿En qué se diferencia una Historia ficticia de la Vida real? En qué los personajes de ficción están recreador por la Mente del Escritor y que en la Vida real los personajes poseemos autonomía propia; es decir, libre albedrío para construir la Trama instante a instante; es decir, los personajes de la Vida, dentro de ese bosquejo del Entorno que nos predestina, tenemos la capacidad de improvisar; es decir, de decidir por donde van a transcurrir los acontecimientos en el detalle; pero sin que eso pueda cambiar el esquema general de la Historia; a fin de cuentas, todos estamos predestinados a morir en uno u otro momento, antes o después.
Frater Aralba R+C; S.C. de la F.R.A. en España, vía su A.M.L. “Rosa Mística”; Linaje: Huiracocha, Aureolus, Camael, Amorifer
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