“Vivir Feliz o escapar de la Prisión”
-¿Qué deseas?-
Antes de comenzar a explicar que el Mundo es más un duro internado de alto rendimiento que una sala de fiestas o un parque de atracciones, es importante que veamos un asunto, ya muy manido; pero desde otro punto de vista.
Como ya sabemos, nuestro Mundo está constituido por un solo Espíritu, el del Creador, fragmentado hasta un número incontable; pero no infinito. ¿Qué sucede, entonces, con los espíritus que han logrado que sus almas consigan la transfiguración?; acaso ¿Se encuentran en el Pleroma o en algún otro Lugar? Como hemos repetido, del Mundo de la Dialéctica no puede salir ningún fragmento del Único, de forma solitaria e independiente.
Las puertas del Pleroma solo se abrirán en el instante en que las de la Dialéctica se cierren y entre en el Pleroma el Ser Cósmico, denominado Adam Kadmón, como una sola cosa, del mismo modo que lo fuera antes de la Creación y cuando fuera denominado como el Demiurgo.
Los Espíritus que consiguieron que sus almas-personalidad transfigurasen, resucitaran o se salvasen, se trasladan a una suerte de Isla etérea, constituida con Éter puro del Pleroma, y que se encuentra en la multidimensional Esfera Reflectora; ya sabéis, la membrana etérica y multidimensional que separa el Mundo de la Creación del Pleroma.
Esa Isla transitoria, nada que ver con el inexistente purgatorio de la religión, se denomina como Agartha y, digamos, que su Capital es Shambala; pues es, en Shambala donde se encuentra el Templo del Espíritu Santo, la casa provisional de Christian Rosenkreutz.
En otras tradiciones gnósticas, de otras religiones, se denomina de otros modos; pero ese Trabajo semántico lo dejaremos para que profundicen en ello los eruditos correspondientes.
Cuando un fragmento de Espíritu, con su Alma transfigurada, traspasa las puertas de Shambhala, automáticamente, ese fragmento se suma, funde o es asimilado por Christian Rosenkreutz; formándose así, de forma paulatina, un Ser compuesto que no es otra cosa que la restitución parcial del Demiurgo fragmentado; es decir, el Lugar donde el conjunto del Universo es desfragmentado.
Cuando toda la creación existente que recordemos, aún se encuentra en permanente expansión acelerada; es decir, fragmentación, frene esa aceleración y, por lo tanto, la expansión y su fragmentación correspondiente, el proceso de reintegración o desfragmentación se acelerará, haciendo crecer, de forma exponencial, el Espíritu de Christian Rosenkreutz hasta conformar al nuevo Hombre Cósmico, el Adam Kadmón de los cabalistas.
Por lo tanto, confirmamos una vez más que no podemos saber, aún, nada del Pleroma o de los Misterios Mayores porque en nuestra Dimensión Espacio-Temporal, nadie ha regresado de allí, sino que todos los que partieron se encuentra, como una única individualidad “Rosenkreutz”, en la Estación de Tránsito que es Shamballa y, más concretamente, en el Templo del Espíritu Santo.
Esperando que lo anterior haya quedado claro, pasamos a explicar el por qué es un craso error considerar al Mundo como un Lugar de disfrute y divertimento en lugar de lo que en realidad es: Un duro Campo de instrucción iniciática donde desarrollar el complejo y duro proceso de Cristificación, conducente a la transfiguración y, por lo tanto, a la reintegración de los fragmentos individualizados del Creador en la Figura, simbólica, de Christian Rosenkreutz.
Si el Mundo lo tomamos como un Lugar cuyo objetivo sea disfrutar, ser feliz y pasar el rato bien, con mucha probabilidad estaremos haciendo perder un tiempo precioso, en tanto que personalidades, a nuestro Espíritu Santo, el Verdadero Ser que cabalga en nosotros.
Esto es así, porque si la Personalidad no termina de poner todo su afán en el proceso iniciático, es más que probable que se pierda en su única encarnación, obligando al Espíritu a comenzar de cero con una nueva Alma-Personalidad que no mantenga ni la conciencia ni los recuerdos de la Personalidad anterior.
Si éste hecho de perder el tiempo provoca contínuos renacimientos en el Espíritu; es evidente que provoca un retraso enorme en completar el proceso restaurador del Hombre Cósmico y, por lo tanto, la desaparición del Mundo y de sus cielos para dar lugar a un nuevo Mundo, con sus nuevos cielos y nueva Tierra; pero ya, sanados y reintegrados en el conjunto del Pleroma.
Con ésto no estamos diciendo que, por obligación, tengamos que sufrir con nuestro trabajo aquí. Lo que intentamos hacer ver es que existen una serie de prioridades, donde la principal es recorrer el proceso Crístico y que todo lo demás es accesorio y secundario.
Cuando somos conscientes de éste hecho, el Alma Personalidad disfruta con el proceso; en tanto que deja de ser, para ella, un duro trabajo para convertirse en una tabla de salvación personal.
La sensación vendría a ser semejante a la de aquellas personas que trabajan en sus aficiones; dicho de otra manera, trabajan en aquello que les gusta y, por lo tanto, más que un duro trabajo pasa a ser un placentero pasatiempo; pero que nos hace ganar tiempo más que perderlo, para nuestro Espíritu, por supuesto.
Como veis, por así decir, no venimos a disfrutar en un parque de atracciones ilusorio; pero, en realidad, inexistente sino que venimos a construir una Vía de salvación para nuestras Almas; pero esa Vía, en el proceso, puede suplir, con creces, la satisfacción que nos podría proporcionar una sala de fiestas o un parque temático de atracciones; es decir, trabajo duro y sufrimiento con la Esperanza de que éstos acabarán para proporcionarnos la bendición de nuestra final unión con Dios; pero todo ello, sin perder nuestra esencia individual ni nuestra memoria de las experiencias acumuladas.
En nuestro Mundo bipolar; es decir, dialéctico, es complicado entender cómo se puede dar el caso de una Entidad Única, el Hombre Cósmico; pero constituido de una infinidad de células individualizadas y con Personalidad propia; pero es en lo que acabará el presente estado experiencial y en el que nosotros, en tanto que personalidades, somos meras herramientas de construcción; pero unas herramientas que si demuestran su utilidad serán preservadas de la desaparición definitiva cuando alcance el fin de los tiempos y éste Mundo se disuelva para reaparecer, restituido, en el Pleroma; pero sin alguna membrana multidimensional de separación; es decir, tanto la Esfera Reflectora, Agartha y Shamballa desaparecerán tal y como las entendemos, para construir un Mundo nuevo, verdadero, real y perfecto.
Nuestro Consejo es que os empapéis de Gnosis y comencéis a disfrutar de vuestro proceso de reconstrucción; pero sin que toméis la Felicidad como el objetivo final, sino como un medio de ser más eficientes y rápidos en vuestro trabajo encomendado.
Frater Aralba R+C; S.C. de la F.R.A. en España, vía su A.M.L. “Rosa Mística”
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